Los SSD o dispositivos de estado sólido son unas unidades de almacenamiento de datos que utilizan memoria no volátil para almacenar datos en lugar de platos o discos magnéticos.
Las unidades de estado sólido son menos sensibles a golpes, prácticamente inaudibles y tienen un mejor tiempo tanto de acceso como de latencia. Esto es importante ya que permite disfrutar de una mayor velocidad de uso en el equipo final.
Instalar un SSD mejora el rendimiento del equipo además de acelerarlo notablemente, mejorando así la experiencia de uso.
Además los SSD ofrecen una serie de mejoras a la hora de transferir archivos pequeños, siendo este punto uno de los más diferenciadores frente a los discos duros.
Estos sistemas de almacenamiento cada vez son más demandados por las empresas tanto grandes como pequeñas debido a las prestaciones que presenta, muy superiores a las de los discos tradicionales.
Ventajas:
- Rapidez de arranque del sistema. Reduce a segundos el tiempo de arranque del sistema de tu ordenador.
- Reduce los fallos. Son capaces de predecir fallos y recuperarse de forma automática.
- Mejora de la productividad. Lanza y arranca aplicaciones en menor tiempo
- Transferencia de archivos más rápida reduciendo la latencia y acceso
- Menor consumo energético
- Menor peso
- Menor calor. Necesita menos potencia para funcionar generando menos calor y aumentando su vida útil.
- Sin vibraciones ni ruido
- Mejor resistencia a golpes
- Borrado más seguro e irrecuperable de datos.
Dadas todas las características presentes en este tipo de dispositivos y considerando que su única desventaja es el elevado coste por GB comparado con un HDD, solo es cuestión de tiempo que éstos sean reemplazados.
La tecnología no deja de avanzar y lo que hoy es una novedad mañana podría estar obsoleto es por ello que el SSD será un standard en nuestros equipos, tal como ha pasado con el disco duro que hoy conocemos.
